
Bogotá D.C septiembre 14 DEL 2010
“El Perfume” nos lleva al mundo de los olores, en donde descubrimos el sentido del olfato en su máxima expresión.
Esta historia nos narra la vida de un ser, Jean-Baptiste Grenouille, el cual tiene el sentido del olfato híperdesarrollado, percibe todos los olores del mundo pero él no tiene olor propio, a los demás no les huele que significa casi no existir. En el trascurrir de su vida va coleccionando olores y los tiene presente en su memoria.
Cuando nace Grenouille entre las ventas de pescado en una plaza de mercado en Paris, Francia del siglo XVIII, notamos como los olores más nauseabundos y putrefactos son resaltados.
A medida que va creciendo el personaje va generando repulsión, rechazo de las personas por su extraño “ser inodoro”. De tal manera que es visto como un monstruo desagradable y feo por su falta de olor. Pero simultáneamente, él va descubriendo el mundo por medio del olfato, y todo lo que le llama la atención tiene un olor característico. Ese hecho de percibir y diferenciar el olor en todo, le da sentido a su vida, de esta forma resiste al maltrato, a la enfermedad y a la esclavitud.
En el trascurso del tiempo Jean-Baptiste Grenouille se vuelve cada vez más explorador de los olores pero mas invisible para las personas, desarrolla un virtuosismo olfativo, estético, cuya práctica consiste en la selección minuciosa de la gama de olores que lo rodean. En esta aventura por el mundo hecho olfato, percibe un aroma extraordinario, nada común para él, nada que hubiese olido antes, queda prisionero de este aroma que lo enloquece. La fragancia proviene de una joven en el despertar de su desarrollo, conmoviéndolo a tal punto que no puede desprenderse del objeto que le produce tal placer dándonos la apariencia de haber encontrado la belleza.
La ambición de aprehender la belleza placentera olfativa, hace su aparición en el personaje, dejando un rastro de muerte tras de si, que lo lleva a perseguir durante su vida aquella fragancia, para intentar con éxito envasar ese aroma, que contiene el elixir de todos los deseos humanos y el placer de la condición humana, provocando también las más grandes expresiones de ternura, compasión, amor y belleza.
El perfume nos muestra como uno de los sentidos, el olfato, produce tal felicidad, generando en el espectador imágenes extraordinarias que nos hace exaltar le percepción de la belleza por medio del olfato.
Esta obra nos resalta que el olfato como sentido altamente perceptivo de una dimensión relativamente invisible, nos conduce a la manifestación artística de la selección de perfumes que atraen o causan repulsa. Generan sentimientos y pasiones. Nos facilitan el pensamiento y razonamiento sobre cualidades de las cosas que se evaporan en el aire. Elevan las notas de la sensibilidad humana, proyectadas en forma de la memoria del placer o del dolor, todo lo cual lleva al hombre a una descripción de la belleza olfativa y darle un valor estético a un sentido cuyo desarrollo es poco común.
El ojo y el oído, pareciera, tienen predominio en la percepción humana. Sin embargo, el texto nos permite observar la dimensión olfativa de la sensibilidad que tal vez ha sido opacada por razones o sinrazones conflictivas de la especie. Nos huele mal la corrupción o nos huele bien la riqueza... ¿a qué podemos apostarle?
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